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Una bien ganada fama de producir el mejor café suave permite explorar el poder del sabor a través de la estimulación de los sentidos

Aunque apenas empieza a fortalecerse en el mundo como una actividad integrada al turismo, el café posee todos los argumentos de atracción para quien busca experiencias
diferenciales.

Asantiago sepia

1. El mejor café suave: una bien ganada fama de producir el mejor café suave permite explorar el poder del sabor a través de la estimulación de los sentidos. Contagiar al
visitante con los aromas y el sabor será una vía directa al deleite y al placer. A la orden del día se encuentran las catas de café y los show de barismo que con mayor
frecuencia se realizan tanto en haciendas como en tiendas especializadas en la zona cafetera. Es una actividad que enseña y entretiene.

2. Auténticas haciendas cafeteras: El legado de décadas produciendo café para el mundo está representado en bellas construcciones que albergaron toda la dinámica de la actividad
del cultivo. En medio de campos llenos de paisajes maravillosos se hallan estas casas que transmiten en sus colores vivos, su sorprendente diseño arquitectónico y sus historias
toda la fuerza cultural de una vocación económica que le dio una identidad propia al Eje Cafetero colombiano.

3. Cafés especiales: No contentos con tener el mejor café suave, ha surgido una nueva generación de cultivadores empeñados en llevar los aromas y el sabor a su máximo
esplendor. Su estrategia se basa en captar los mayores atributos de los granos maduros para ponerlos justo en el paladar. Ha sido tan prolífica esta actividad, que las tazas de
café de un lugar u otro son tan deliciosos como diferenciales. Es un proceso en evolución que se plasma en catas de café y shows de baristas.


4. Pueblos cafeteros con encanto: El café llegó para cambiarlo todo y los pueblos son un vivo ejemplo de lo que este cultivo centenario sembró en la idiosincrasia de cada
localidad. Las historias, las tradiciones, la arquitectura de las fachadas y los parques, la forma de vestir son el abrebocas de la magia que presentan los municipios cafeteros
para el turista.


5. Transportes auténticos: Ni el más moderno vehículo reemplaza las sensaciones que se obtienen en el transporte típico por excelencia asociado a la historia del café. El Jeep
Willys genera una experiencia única de poder y emociones, sobre todo cuando recorre sectores rurales. Su penetración ha sido tan importante que hoy por hoy se considera un
elemento de identidad cultural. La chiva o bus escalera también ha ganado una posición como medio de desplazamiento.


6. Parque del Café: No solo es el ícono del turismo en el Quindío por su gran oferta de entretenimiento sino porque es diversa en aprendizajes hacia la historia de la región y
el café. Posee museo, jardines, senderos, shows, espacios interactivos, atracciones mecánicas y un sinfín de alternativas de diversión.


7. Miradores: desde diferentes puntos de la geografía regional que actúan como miradores se pueden apreciar valles y montañas que conforman los miles de paisajes que bañan el
territorio. Se hallan por todas partes, sin embargo son reconocidos lugares en Buenavista, Salento, Filandia, la zona de Carniceros, entre Pijao y Córdoba, Génova y La Tebaida,
sobre el Valle de Maravélez, entre otros.


8. Del mercado a la mesa: Tan fácil como comprar una serie de productos en el mercado local como identificar restaurantes en el que sus chef enseñan a elaborar recetas al calor
de una deliciosa taza de café. Es una práctica en crecimiento que pretende generar nuevas sensaciones entre los visitantes.

 

 

 

   TOMADO DE: WWW.MAPATUR.COM