laglorita

El líquido pasa por un proceso de tratamiento en el relleno sanitario La Glorita.

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¿Se imaginó alguna vez que las vías públicas de Pereira se podrían lavar con agua de la ‘basura’? A partir de la próxima semana, las zonas críticas de la ciudad en cuanto a aseo, como parques, puentes y plazas, serán lavadas con agua producida con los residuos orgánicos del relleno sanitario ‘La Glorita’.

El anuncio realizado por el alcalde Juan Pablo Gallo plantea que, en su búsqueda de “cambiarle” la cara a la ciudad y tener una Pereira “limpia y cívica”, lo van a ver, junto a su equipo de trabajo, lavando los puentes, las calles, y recogiendo basura y escombros. Lavar una ciudad en pleno fenómeno del Niño suena a desperdiciar agua, por lo que se hará uso del agua producida en el relleno sanitario y que pasa por un proceso de tratamiento.

El gerente de Atesa de Occidente, Fabio Salazar, explicó que al relleno sanitario llegan cerca de 22 mil toneladas mensuales de residuos de Risaralda y del norte del Valle. Estos residuos se depositan en un sistema técnico de capas y se pasan por unos filtros en piedra para conducir el líquido que resulta de la descomposición de los residuos orgánicos, es decir, de las cáscaras y alimentos de los hogares y las plazas de mercado; este líquido, ‘resumen de la basura’, se conoce como lixiviado. Después de obtener el lixiviado, este es llevado por un canal a una planta de tratamiento de lixiviados, en donde se eliminan los componentes contaminantes.

Hace siete años, ese líquido lixiviado caía directamente en la quebrada ‘La Suecia’, en el corregimiento de Combia, y en el río Otún; ahora, con la planta de tratamiento, el final del proceso es que el lixiviado se convierte en agua. “Es un logro importante porque ninguna ciudad del país ha logrado ese resultado en el tratamiento de lixiviados, y no existe en ninguna parte de Latinoamérica un ejemplo de reutilización del agua producto de los lixiviados, Pereira es pionero”, dijo Salazar.

En la planta de tratamiento se producen diariamente 64 metros cúbicos de agua, en promedio, que son vertidos al río Otún como finalización del proceso. Ahora, con el proyecto de lavar las vías públicas, se estima que se usen alrededor de 5 y 6 metros cúbicos diarios, pues habrá dos equipos de lavado, y cada uno usará entre 2 y 2.5 metros cúbicos de agua por día.

“Es un tema más de presión que de cantidad de agua, pues los equipos cuentan con lavadoras especiales. La cantidad que se utilizará es poca para la producida en el relleno, pues hay que tratar de aprovechar el 100 por ciento de esa agua, ya que toda está disponible para usarse según el concepto que la Carder emitió para este tipo de agua”, explicó el gerente de Atesa.


TOMADO DE:

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